Investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la primera universidad en línea del mundo, desplegaron una herramienta de inteligencia artificial (IA) para lograr calles más seguras en España.
La IA ha analizado horas de imágenes de video y miles de fotografías de la vida en las dos ciudades más grandes de España: Madrid y Barcelona.
Los investigadores combinaron dos aspectos de la inteligencia artificial (aprendizaje automático y redes neuronales artificiales) para encontrar patrones comunes en áreas urbanas que sufren un alto número de accidentes. El aprendizaje automático se adapta cuando reconoce patrones en los datos, mientras que las redes neuronales artificiales imitan la forma en que el cerebro da sentido a múltiples capas de información.
La necesidad de experiencia humana para lograr calles más seguras
La investigación de la UOC descubrió que determinadas características físicas inquietaban a los conductores y que cuanto más desordenado estaba el entorno, más difícil les resultaba concentrarse. El mobiliario urbano como los bancos y el arte público, la publicidad vibrante cerca de las carreteras y los automóviles estacionados eran unas de estas distracciones, dijeron los automovilistas.
«Lo que parece claro es que la cantidad de elementos distintos en una escena se correlaciona con la cantidad de accidentes que han tenido lugar allí», dijo Javier Borge, uno de los investigadores principales del estudio, sobre los hallazgos.
El estudio, que apoya el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 de las Naciones Unidas, para hacer ciudades más seguras, inclusivas, resilientes y sostenibles contó con el apoyo de la Dirección General de Tráfico (DGT) de España y los ayuntamientos de Madrid y Barcelona.
Si bien la inteligencia artificial proporciona información crucial, los investigadores creen que las calles de las ciudades solo se pueden hacer más seguras si los análisis se combinan con la experiencia de arquitectos, ingenieros, autoridades de transporte y urbanistas.
«La inteligencia artificial nos parece una herramienta muy poderosa para descubrir dónde pueden ocurrir los problemas, pero no los resolverá por sí sola», concluyó Borge.