Del fondo marino apenas se ha cartografiado más del 20% del lecho oceánico, por eso vehículos robóticos subacuáticos equipados con sensores están ayudando a recopilar datos de forma más rápida y barata que nunca como obtener una imagen más completa para navegar con mayor seguridad, crear modelos climáticos más precisos, tender cables de telecomunicaciones, construir centrales eólicas en alta mar y proteger las especies marinas, todo ello dentro de lo que se conoce como «economía azul», cuyo valor se estima en US$ 3 billones para 2030.
Sin embargo muchos de estos vehículos dependen de baterías con una vida útil limitada, y necesitan volver a un barco o a la costa para recargarse, lo que dificulta el mapeo de partes más remotas del mar, pero el oceanógrafo Yi Chao, está afrontando este desafío, al desarrollar una tecnología para proporcionar energía a los robots oceánicos aprovechando «la diferencia de temperatura que se produce de forma natural» en el mar.
De manera que el módulo de energía Seatrec puede instalarse en robots de recogida de datos ya existentes o en el propio dispositivo flotante.
Explicó que se sumerge un kilómetro para examinar la química y la forma del fondo marino, utilizando un sonar para crear un mapa de la zona circundante. El robot vuelve a la superficie para enviar sus resultados por satélite.
A medida que el flotador se desplaza entre las zonas más frías y las más cálidas del océano, el material del interior del módulo se derrite o se solidifica, provocando una presión que, a su vez, genera energía térmica y alimenta el generador de energía del robot. «Se cargan con el mar, por lo que pueden prolongar su vida útil casi indefinidamente».
Según Chao, la empresa está fabricando menos de 100 dispositivos al año, principalmente para investigadores marinos, pero la tecnología se puede ampliar fácilmente: el módulo de energía de Seatrec también puede instalarse en los dispositivos de cartografía existentes para ampliar su alcance.
Fuente: CNN en Español