Inteligencia Artificial
Los jefes deben actuar como entrenadores, algún tipo de mariscal de campo. Asegurarse de que su gente esté debidamente desplegada
Mencionó en la conferencia, Alex Bradley, Director de Marketing de Equipos de Microsoft.
La implementación de la inteligencia artificial en las empresas no sólo mejora sus operaciones, sino que también conduce a cambios profundos en la forma en que operan y en la cultura del trabajo. Un ejemplo interesante es Microsoft. En su sede de Varsovia, la empresa dimitió de un gran espacio abierto. En cambio, tenemos muchas habitaciones más pequeñas allí. Los empleados no están asignados permanentemente a lugares. Dependiendo de las necesidades, trabajan en diferentes equipos y se desplazan por el edificio.
Si, por supuesto, aparecen en el edificio. La posibilidad del trabajo a distancia hace que una parte del equipo decida de vez en cuando quedarse en casa y contactar con sus compañeros a través de comunicadores y videoconferencias.
El concepto de tiempo de trabajo también se ha convertido en un concepto muy convencional. El pensamiento de diseño hace posible tomar un descanso de dos horas para almorzar o para ir al gimnasio durante el día. Hoy en día, la tecnología moderna impregna todos los aspectos del trabajo. Desde la forma en que la oficina está diseñada hasta la forma en que los empleados realizan sus tareas.
En esta nueva realidad, la forma de gestionar a las personas se ha vuelto imposible. O tal vez no tanto imposible como completamente contraproducente.
En el viejo mundo, las empresas se centraban en la jerarquía, la rivalidad y la productividad individual de los empleados. La transformación tecnológica nos obliga en principio a reorientarse hacia la cooperación. Es por ello que los superiores de las empresas innovadoras están cambiando su forma de operar. En lugar de liderazgo, inspiran. Prefieren la lluvia de ideas en lugar de órdenes despóticas para encontrar una respuesta a una pregunta específica. Pasan la mayor parte de su tiempo preguntándose cómo aumentar el flujo de información y qué hacer para que todos quieran compartirlo con sus colegas.
¿Cómo afecta el cambio a los empleados?
Microsoft encargó a KRC Research que llevará a cabo la investigación. Participaron 500 empleados y 100 directivos de 15 países de Europa. No había ninguna Polonia entre ellos, los investigadores se centraron en Escandinavia y los países al oeste del río Oder.
El problema número uno para ellos resultó ser el cambio de cultura de trabajo. Como fuente de tribulaciones fue indicada por el 39% de los encuestados. Mientras tanto, sólo uno de cada tres encuestados indicó la implementación de la tecnología apropiada.
Sin embargo, me parecen más interesantes las cuestiones relativas a los comportamientos y opiniones de las personas que trabajan en empresas que han adoptado una nueva cultura del trabajo. Las empresas se dividieron en aquellas con «cultura menos innovadora» y «cultura altamente innovadora». En el primer grupo, el 70 por ciento declaró la cooperación dentro del equipo y en el segundo grupo ya era el 86 por ciento de los miembros.
Al mismo tiempo, la tendencia a compartir sus observaciones y hablar en el foro ha cambiado mucho. En las empresas más innovadoras, el 71% de las personas dijeron que cometer errores estaba «bien». En el segundo grupo, el porcentaje de personas que dijeron no tener miedo de hablar también saltó del 50% al 75%.
Polonia espera un gran avance
¿Cómo se relacionan estos resultados con nuestro patio trasero? Bueno, no tengo buenas noticias. Como escribió Arek Braumberger, Polonia es hoy un balón al pie de la Unión Europea, que compite con el resto del mundo por la innovación.
En el Ranking Europeo de Innovación de la Comisión Europea, obtuvimos el cuarto lugar desde el final. En la categoría de cooperación entre empresas, se nos calificó incluso peor que en 2011. Quizás no habría nada aterrador en ello si no fuera por el hecho de que en el siglo XXI hay un dicho: «Mi país natal simplemente no tiene sentido. La globalización es despiadada para los actores que duermen en el progreso. Y el salto de IA es un momento de igual importancia que la invención de la máquina de vapor. No habrá piedad para los durmientes.
