Los proyectos de sostenibilidad que no aprovechen innovaciones tecnológicas, aunque sus objetivos sean los más necesarios y loables de la historia, solo pueden aspirar a algo: añadir capítulos a la saga de las buenas ideas que nunca lograron trascender.
Los proyectos de sostenibilidad que no aprovechen innovaciones tecnológicas, aunque sus objetivos sean los más necesarios y loables de la historia, solo pueden aspirar a algo: añadir capítulos a la saga de las buenas ideas que nunca lograron trascender.
Para demostrar que dicho planteamiento no es exagerado, basta con observar el feliz encuentro que se está consolidando entre la inteligencia artificial (IA) y las iniciativas de sostenibilidad (con sus ejes ASG: Ambiental, Social y Gobernanza, o ESG por sus siglas en inglés) de las organizaciones en todo el mundo.
Innovación
En ese sentido, vale la pena destacar que, según un estudio-encuesta, entre las empresas que ya adoptaron IA en sus operaciones de negocio, el 43% está usando la innovación en sus proyectos de sostenibilidad; en los mercados emergentes, lo que incluye a Latinoamérica, el 44% de las compañías aplica Inteligencia Artificial en sus estrategias para objetivos ESG.
En las capacidades de la IA, los proyectos de sostenibilidad han encontrando a un aliado poderoso: una innovación que permite recopilar y analizar volúmenes masivos de datos. Eso genera perspectivas (insights) o recomendaciones que fortalecen los procesos de toma de decisiones.
Un ejemplo: imaginemos un proyecto de ESG enfocado en productividad agrícola. Con el apoyo de la IA será posible analizar múltiples variables (condiciones del suelo, tipos de semillas, proyecciones climáticas, riesgos de plagas, opciones de fertilizantes, etc.).
Eso se traducirá en una producción con mayores posibilidades de éxito, pero no solo eso: con bajo nivel de desperdicios, ambientalmente amigable, eficaz en el uso de pesticidas y fertilizantes, entre otros beneficios.
Fuente: Forbes