En Estados Unidos, implementarán inteligencia artificial en diversas instituciones bancarias, instalando programas de reconocimiento facial en las cámaras de sus sucursales.
Esto con el objetivo de realizar reconocimiento facial y análisis de patrones de comportamiento general, tanto en los clientes como en los empleados, informó la agencia Reuters.
En la práctica, las cámaras analizarían las preferencias de los clientes, monitorearían a los trabajadores y detectarían a las personas que duermen cerca de cajeros automáticos.
«Ya estamos aprovechando el reconocimiento facial en los dispositivos móviles. ¿Por qué no aprovecharlo en el mundo real?», se preguntó Bobby Dominguez, director de seguridad de la información de City National.
El ‘software’ se aplicaría para identificar a los clientes en los cajeros automáticos y empleados en las sucursales para reemplazar medidas de autenticación menos seguras.
La tecnología también podría detectar a personas que figuran en las listas de vigilancia del gobierno. JP Morgan, a su vez, realiza pruebas de tecnología analítica de video en algunas de sus sucursales en Ohio.
Crítican las medidas por privacidad
Sin embargo, el reconocimiento facial ha generado una serie de cuestiones y críticas sobre su efectividad y las libertades civiles sobre privacidad.
En cuestión de efectividad, algunos de los programas de reconocimiento facial son menos precisos en personas no blancas, por lo que surgen coincidencias faciales defectuosas.
Además, a los críticos les preocupa el potencial uso desproporcionado de los sistemas para monitorear a comunidades de bajos ingresos y comunidades no blancas.
Dominguez argumenta que han empezado utilizando tecnología que «ya se usa en otras partes del mundo».
«Nunca vamos a comprometer la privacidad de nuestros clientes», aseguró el director de seguridad de la información.
¿Y en México?
En marzo entró en vigor una medida en la que el uso de datos biométricos es una obligación para cualquier persona que desee abrir una cuenta bancaria de débito o crédito.
Asimismo, la medida amplia el uso de esta información personal como requisito para realizar operaciones financieras.Pero esto no es nada nuevo.
Desde hace aproximadamente dos años, los clientes que utilizan las aplicaciones bancarias en sus dispositivos celulares han ido proporcionando información biométrica –huella, voz o rostro–.
Además de cumplir con normas de la autoridad regulatoria, también forma parte de las medidas de seguridad para la protección de las cuentas.
En septiembre de 2018, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) emitió una circular en la cual solicitó a las instituciones financieras tener los datos biométricos de sus clientes.
Para de esta manera aumentar la seguridad del sistema bancario mexicano y evitar el robo de identidad.
La medida iba a entrar en vigor el primero de enero de 2019, pero tras diversas ocasiones en que se pospuso, finalmente entró en vigor este año.