Un equipo consigue que un sistema de IA distinga con un 90% de fiabilidad muestras biológicas de las no biológicas, un avance que según sostienen, puede agilizar la búsqueda de signos de vida (biomarcadores) extraterrestre.
Los sistemas de inteligencia artificial (IA) están aprendiendo a hacer muchas tareas que son complejas para las personas. Rara es la semana en la que no conocemos su aplicación o avances en algún ámbito nuevo.
Un equipo estadounidense revela que a un sistema de IA se le está dando bastante bien -con un 90% de fiabilidad- realizar un paso clave en la búsqueda de vida fuera de la Tierra: distinguir si el origen de muestras es biológico o no (abiótico). O lo que es lo mismo, si esas muestras indican que hay (o hubo) organismos vivos en ese lugar.
Buscar huellas de vida extraterrestre, pasada o presente, es el gran anhelo de los científicos. Esa investigación se lleva a cabo dentro de nuestro sistema solar con misiones robóticas como las de los vehículos Curiosity o Perseverance en Marte, y en mundos mucho más lejanos (exoplanetas o planetas extrasolares) a través de otras técnicas y telescopios que intentan detectar esos mundos fuera del Sistema Solar biofirmas o biomarcadores, es decir elementos que puedan indicar indicios de vida, tal y como la conocemos en la Tierra.
Entre esas biofirmas (elementos, isótopos, moléculas o fenómenos que proporcionan pruebas de que ha habido o hubo vida) figuran el oxígeno molecular, el ozono o el metano.
Pero que exista uno de estos elementos no significa necesariamente que haya vida, o sea, que sea un biomarcador. Por ejemplo, en la Tierra el metano lo producen seres vivos como las bacterias o las vacas. En Marte también se ha detectado este gas, pero el origen podría ser tanto el vulcanismo como procesos biológicos.
Fuente: www.elmundo.es