Una exploración desde la inteligencia artificial (IA) y la fabricación digital sobre la corporeidad es lo que ofrece la exposición Cuerpos sensibles, inaugurada en el Centro de Difusión Cultural Casa Rafael Galván de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Los artistas Rodrigo Garrido, especializado en Ingeniería Cibernética e Irune Arancibia, con experiencia en la edición y producción cinematográfica, unen su creatividad e inquietudes para abrir un diálogo sobre el uso de la IA en la creación artística y lo que significa ser humano en el siglo XXI.
“La IA va a acelerar muchísimo más las cosas y en el caso del arte cada vez hay más apertura por parte de las instituciones a este tipo de propuestas de artistas como nosotros que crecimos con computadoras, con tamagochis, Nintendo y smartphones, y así era nuestra vida, por lo que aquí está el arte de esta generación”, consideró Garrido.
La muestra está conformada por dos “esculturas sensibles” y un video que explica el proceso de creación de Lovers, pieza a su vez integrada por dos esculturas híbridas, habitadas por inteligencias artificiales que, al reconocerse, activan el instinto de “amor a primera vista”.
A partir de ese punto, el comportamiento de las IA depende de un proceso cíclico que incluye un algoritmo de aprendizaje automático; una máquina de estados para procesar emociones con sus sesgos inherentes, propósitos y tendencias.
De acuerdo con el artista, un cuerpo sensible no es sólo materia física, sino una conciencia, una mente, sentimientos y sensibilidad que lo hace estar vivo.