Existen prótesis de brazos que lanzan llamas, capaces de levantar toneladas, hechas de materiales ultra resistentes, como el titanio reforzado.
Pero las personas que han perdido una extremidad no quieren nada de eso. José Luis Delgado, por ejemplo, solamente quiere volver a tomar la mano de su esposa cuando salen a caminar juntos. Y Diana Mares desea volver a maquillarse y peinarse sola.
El equipo de BioGrip entendió esto. “Nosotros no hacemos prótesis, hacemos extremidades artificiales que empoderan y le devuelven a nuestros usuarios su independencia”, dice Alan Hernández Talavera, EXATEC y CEO de la startup.
Por su gran potencial, su proyecto ganó la edición 2022 del INC Accelerator uno de los retos de INCmty, el festival de emprendimiento del Tec de Monterrey.
Vive experiencia familiar en rehabilitación
Las personas detrás de BioGrip son sensibles al tema de la discapacidad porque lo vivieron en carne propia. El CEO de la marca e ingeniero en biotecnología del Tec de Monterrey vio a su mamá rehabilitarse después de un tumor en la cabeza.
“Volver a tomar un objeto de la mesa le tomó mucho tiempo, tenía que entrenar la percepción del espacio”, cuenta.
Israel González, fundador de BioGrip, tuvo una infección a nivel neuronal que le hizo perder funciones como el habla y la movilidad.
Afortunadamente, ambos tuvieron finales felices. Sin embargo, nunca olvidaron los problemas que ellos mismos experimentaron.
BioGrip nació en 2019 para hacer brazos biónicos con movilidad independiente de dedos. Las extremidades artificiales le dan al usuario la capacidad de hacer movimientos de alta precisión.
Estos sistemas permiten recuperar la movilidad de personas con discapacidad utilizando sensores que detectan los músculos del antebrazo y hombros de las personas en minutos, a partir de lo que se adapta la prótesis.
De esta manera, las personas pueden mover los dedos, muñecas y codos de las prótesis sin necesidad de conectar alguna tecnología neuronal.
Fuente: conecta.tec.mx