México 21 septiembre.- Un grupo de científicos enseñó a un robot los diferentes matices de la risa. El objetivo de su experimento era desarrollar un algoritmo para mejorar las conversaciones naturales entre las personas y los sistemas de inteligencia artificial.
Erica, como llamaron a la robot, fue programada a partir de los datos recopilados durante 80 diálogos de citas rápidas entre ella y algunos estudiantes universitarios hombres. Luego, fue teleoperada por cuatro actrices amateurs.
Para Koji Inoue, doctor de la Universidad de Kyoto, “una de las funciones importantes de la IA conversacional es la empatía. Así que decidimos que una forma en que un robot puede empatizar con los usuarios es compartir su risa”.
Aprendizaje automático
Inoue cuenta que los datos que recopilaron durante el diálogo sirvieron para entender cuándo era el momento adecuado para las risas en solitario, las risas sociales y las risas de alegría. Y, una vez los determinaron, comenzaron a entrenar su sistema de aprendizaje automático para decidir si reírse o no y elegir el tipo apropiado para hacerlo.
El algoritmo de Erica, a partir de los archivos de audio recolectados, aprendió las características fundamentales de las risas sociales, que tienden a ser más tenues. Y de las risas alegres, que son más bullosas.
“Nuestro mayor desafío fue identificar los casos reales de risas compartidas. No es fácil porque la mayoría de las risas en realidad no se comparten en absoluto. Tuvimos que categorizar cuidadosamente exactamente qué risas podíamos usar para nuestro análisis. No quisimos asumir que se puede responder a cualquier situación con una risa”, apunta dijo Inoue.
Fuente: elespectador.com